El Cuerpo de Deseos

El Cuerpo de Deseos
Prometeo Encadenado

sábado, 6 de marzo de 2010

A través de los períodos septenarios - en vimeo y en you tube -


PARTE II

ORIGEN Y DESARROLLO DEL CUERPO DE DESEOS DEL
HOMBRE

Capítulo II

A TRAVÉS DE LOS PERÍODOS SEPTENARIOS

en vimeo, aquí

en you tube, aquí
https://www.youtube.com/watch?v=X3EILn_BECU&feature=youtu.be

El esquema evolutivo se lleva a cabo a través de los cinco Mundos en siete grandes Períodos de Manifestación, durante los cuales los Espíritus Virginales, o la vida evolucionante, se convierte primero en hombres y después en Dioses.

En terminología Rosacruz, los nombres de los siete Períodos son los siguientes:


1. El Período de Saturno.
2. El Período Solar.

3. El Período Lunar.
4. El Período Terrestre.
5. El Período de Júpiter.
6. El Período de Venus.
7. El Período de Vulcano.


Los tres primeros períodos mencionados (de Saturno, Solar y Lunar), pertenecen al pasado. Estamos actualmente en el cuarto, o Período Terrestre.

Cuando este Período de nuestro globo se haya completado, el planeta y nosotros, pasaremos a las condiciones de Júpiter, Venus y Vulcano, antes de que el septenario gran Día de Manifestación concluya, cuando todo lo que ahora es, se sumerja una vez más en el Absoluto durante un período de descanso y asimilación de los frutos de nuestra evolución, para reemerger nuevamente para ulterior y más elevado desarrollo en la aurora de otro Gran Día.
Los tres Períodos y medio ya pasados, han sido empleados en la adquisición de nuestros vehículos y conciencia actual. Los tres Períodos y medio restantes, se dedicarán a perfeccionar esos vehículos y a expansionar nuestra conciencia hasta un punto equivalente a la omniciencia.
Hemos visto que el hombre es un ser complejo que se compone de:


1) Un Cuerpo Denso, su instrumento de acción;
2) Un Cuerpo Vital, conductor de la "vitalidad"; que hace posible la acción;

3) Un Cuerpo de Deseos, de donde vienen los deseos que obligan a la acción;
4) Una Mente, que controla los impulsos y da un propósito a la acción;
5) El Ego, que actúa y acumula las experiencias resultantes de su acción.


El Espíritu Humano y el cuerpo de deseos comenzaron su evolución en el período Lunar y, por lo tanto, el Espíritu Santo, se hizo especialmente cargo de ellos.

Del estudio del Concepto Rosacruz del Cosmos, nos enteramos que nuestro cuerpo de deseos fue generado en el Período Lunar. Para obtener una imagen mental de las cosas en esa Época, tomemos el dibujo de un feto de cualquier libro de anatomía. Hay tres partes principales: la placenta, llena de la sangre de la madre, el cordón umbilical, que lleva corriente vital, y el feto, que es nutrido desde el estado embrionario, hasta su madurez. Imaginémosnos ahora que en ese lejanísimo pasado el firmamento era parecido a una enorme placenta, de la cual colgaban billones de cordones umbilicales, cada uno con su feto. Entonces, a través de toda la familia humana en desarrollo, circulaba la única esencia universal de deseo y emoción, que generaba todos los impulsos a la acción, impulsos que se manifiestan ahora en todas las fases del trabajo mundial. Esos cordones umbilicales y fetos, se moldeaban de la húmeda materia de deseos, por las emociones de los Ángeles Lunares, mientras que las corrientes ígneas del deseo que se empeñaban en excitar la vida latente de la humanidad en formación, eran generados por los Espíritus Luciféricos, marciales e ígneos. El color de esa primera lenta vibración que ellos consiguieron poner en movimiento en la materia de deseos emocional, fue el rojo.
En el Período Lunar, fue necesario reconstruir el cuerpo denso para hacerlo capaz de ser interprenetrado por un cuerpo de deseos y para que pudiera evolucionar un sistema nervioso, muscular y cartilaginoso, así como también un esqueleto rudimentario. Esta obra de reconstrucción fue la que se efectuó en la Revolución de Saturno del Período Lunar.
En la segunda Revolución, o solar, el cuerpo vital fue también modificado con objeto de que fuera capaz de ser interpenetrado por un cuerpo de deseos, también para que pudiera acomodarse por sí mismo al sistema nervioso, muscular, óseo, etc. Los Señores de la Sabiduría que fueron los originadores del cuerpo vital, también ayudaron a los Señores de la Individualidad en ese trabajo.
De esta substancia húmeda (en el Período Lunar), se formó el cuerpo más denso de ese "Hombre Acuático". El pensamiento-forma del cuerpo se había consolidado hasta convertirse en un gas húmedo, y el pensamiento-forma de nuestro cuerpo vital había descendido hasta el Mundo del Deseo. Estaba pues formado por materia de deseos. A este cuerpo doble se agregó el pensamiento-forma, de nuestro actual cuerpo de deseos, durante el período Lunar, y los Serafines, despertaron el tercer aspecto de los Espíritus Virginales: "El Espíritu Humano" y, el Espíritu Virginal, conviertióse en un "Ego", así que al finalizar el Período Lunar, el hombre naciente poseía un triple Espíritu y un triple cuerpo.
Vemos pues, que al terminar el período Lunar, el hombre poseía un cuerpo triple, en varios grados de desenvolvimiento y también el germen de un triple Espíritu. Tenía los cuerpos denso, vital y de deseos y los Espíritus Divino, de Vida y Humano. Todo lo que le faltaba era el eslabón que los uniera.
Al final del Período Lunar, esas clases poseían los vehículos indicados en el diagrama 10 del Concepto Rosacruz del Cosmos, y con ellos partieron al principio del Período Terrestre. Durante el tiempo transcurrido desde aquel entonces el reino humano ha estado desenvolviendo el eslabón de la mente y ha desarrollado, en consecuencia, la plena conciencia de vigilia. Los animales han obtenido un cuerpo de deseos; las plantas un cuerpo vital; los rezagados de la oleada de vida que comenzó su evolución en el Período Lunar, han escapado a la dura y pesada condición pétrea y ahora sus cuerpos densos los componen nuestras tierras blandas y suaves; en tanto que la oleada de vida que comenzó su evolución aquí, en el período Terrestre, forma las rocas y piedras más duras.
Aquellos de la clase 2, cuyos cuerpos de deseos pudieron ser divididos en dos partes (en cuyo caso estaban todos los de la clase 1), podían actuar en vehículos humanos y, por lo tanto, se desarrollaron en el grupo humano.
Debemos recordar cuidadosamente que en los párrafos anteriores, nos hemos referido a la Forma, no a la Vida que anima a las Formas. El instrumento está graduado para que sirva a la vida que lo anima. Aquellos de la clase 2, en quienes se podía efectuar la división mencionada, se elevaron hasta el reino humano, pero se les dio el Espíritu interno un poco más tarde que a los de la clase 1. Por lo tanto, no están tan desarrollados como los de la clase 1, y forman en consecuencia las razas humanas inferiores.
Aquellos cuyos cuerpos de deseos eran incapaces de división, fueron colocados en la misma división como clases 3a y 3b, y constituyen nuestros presentes antropoides. Sin embargo, podrán seguir con nuestra evolución si alcanzan un grado de desarrollo suficiente antes del punto crítico ya mencionado, que vendrá a mediados de la Quinta Revolución. Si no lo consiguen hasta ese entonces, perderán todo contacto con nuestra evolución.
Dijimos que el hombre había construido su triple cuerpo con la ayuda que le prestaron otros seres superiores a él, pues en el Período previo no había poder coordinador; el triple Espíritu, el Ego, estaba separado y aparte de sus vehículos. Pero ahora había llegado ya el tiempo en el que el cuerpo y el  Espíritu debían unirse.
Cuando se podía dividir el cuerpo de deseos, entonces la parte superior se convertía, en cierta forma, en el señor o dominador de la parte inferior del mismo y de los cuerpos vital y denso. Formaba algo así como un alma-animal con la que se podía unir el Espíritu por medio del eslabón de la mente.
Cuando no había división del cuerpo de deseos, este vehículo se entregaba a las pasiones y deseos, sin ningún freno y, por lo tanto, no podía ser empleado como vehículo interno en el cual pudiera morar el Espíritu. Así que, entonces, se lo puso bajo el gobierno de un Espíritu-Grupo, quien lo guiaba desde fuera y se convirtió en un cuerpo animal y esa clase es la que ahora ha degenerado, convirtiéndose en el cuerpo de los antropoides.
Conforme el cuerpo de deseos admitía la división, así el cuerpo denso iba adquiriendo gradualmente la posición vertical, apartando así su espina dorsal del alcance de las corrientes horizontales del Mundo del Deseo, por medio de las cuales obra el Espíritu-Grupo sobre el animal, a través de su espina dorsal horizontal. El Ego podía entonces entrar dentro, obrando y expresándose a sí mismo por medio de la espina dorsal vertical y construir la laringe vertical, así como el cerebro, para su expresión adecuada en el cuerpo denso. La laringe horizontal está también bajo el dominio del Espíritu-Grupo. Si bien es cierto que algunos animales tales como los estorninos, cotorras, loros, etc., ya mencionados, pueden emitir palabras, por poseer laringe vertical, no pueden emitirlas inteligentemente. El emplear palabras para expresar el pensamiento es el más alto privilegio de la humanidad, y sólo puede ser efectuado por una entidad que piense y razone, análoga al hombre.
En la Época Polar, el hombre adquirió el cuerpo denso como instrumento de acción. En la Época Hiperbórea, se agregó el cuerpo vital, que dio la fuerza de movimiento necesaria para la acción. En la Época Lemúrica, el cuerpo de deseos suministró el incentivo para la acción.
En la tercera, o Época Lemúrica, el hombre desarrolló un cuerpo de deseos, vehículo de pasiones y emociones, y estaba constituido como los animales.
Entonces la leche, un producto de animales vivientes, se agregó a su comida, pues las emociones obran más fácilmente sobre esta substancia.Se describe a Abel, el hombre de esta época, como a un pastor. En ninguna parte se dice que mató a animales para alimentarse de ellos.
La tercera, o Época Lemúrica, presenta condiciones análogas al Período Lunar, pero con una atmósfera más densa. El núcleo ígneo de la Tierra, estaba en el centro,, y en torno estaban las aguas hirvientes, y por fuera la atmósfera húmeda y caliente, o la "neblina ígnea", pues de esta manera, Dios separó la tierra seca de las aguas, como se dice en el Génesis. Es decir, se separó la humedad densa del vapor, y el hombre vivía sobre algunas islas de formación sólida o costras esparcidas en el océano ígneo, o aguas hirvientes. Su cuerpo se había solidificado un tanto, tenía un tronco, brazos, piernas y la cabeza empezaba a formarse. Se incorporó el cuerpo de deseos y el hombre fue puesto bajo la tutela de lo Arcángeles.
En un pasado lejanísimo, cuando el hombre estaba en contacto con los mundos "internos" esos órganos (el cuerpo pituitario y al glándula pineal) eran el medio de ingreso a ellos, y volverán a servir con igual propósito en un estado ulterior. Estaban relacionados con el sistema nerviosos simpático o involuntario. El hombre veía entonces los mundos internos; como en el Período Lunar, la última parte de la Época Lemúrica y principio de la Atlante.
La imágenes se presentaban completamente independientes de su voluntad.
Los centros sensoriales de su cuerpo de deseos giraban en dirección contraria a las manecillas de un reloj (siguiendo negativamente el movimiento de la Tierra, que gira en torno de su eje en esa dirección), como actualmente giran los centros de los "mediums". En la mayoría de los hombres esos centros son inactivos, pero el desenvolvimiento apropiado los pondrá en movimiento en la misma dirección que las manecillas de un reloj.
La mente se le dio al hombre en la Época Atlante, para que tuviera propósito en la acción, pero como el Ego era excesivamente débil y la naturaleza pasional (de deseos) muy fuerte, la mente naciente se unió al cuerpo de deseos; y de ahí resultó la Astucia, causa de todas las maldades de mediados del último tercio de la Época Atlante.
En un futuro remoto el cuerpo de deseos del hombre estará tan bien organizado como los cuerpos vital y denso. Cuando se alcance esa etapa podremos funcionar perfectamente en el cuerpo de deseos, como lo hacemos ahora en el denso, que es el más antiguo y el mejor organizado de los vehículos humanos, siendo el cuerpo de deseos el más nuevo.
En la Época Hiperbórea, cuando el hombre todavía no poseía un cuerpo de deseos, había sólo un modo universal de comunicación; y cuando el cuerpo de deseos se purifique suficientemente, todos los hombres se comprenderán nuevamente entre sí, porque entonces no habrá más separatividad y diferenciación racial.
El cuerpo de deseos se comenzó en el Período Lunar, fue reconstruido en el Período Terrestre, será nuevamente modificado en el Período de Júpiter y alcanzará la perfección en el Período de Venus.
El Globo D del Período de Venus, está situado en el Mundo del Deseo (véase el diagrama 8 del Concepto Rosacruz del Cosmos), de ahí que no puede emplearse ni un cuerpo vital ni uno denso como instrumento de conciencia.
En consecuencia, las esencias de los cuerpos vital y denso perfeccionados, serán incorporados allí al perfeccionado cuerpo de deseos, convirtiéndose así el último, en un vehículo de cualidades trascendentales, maravillosamente adaptado y sensibilísimo al menor anhelo del Espíritu interno, tan superior a nuestras presentes limitaciones, que está más allá de nuestra más elevada concepción.
Aún así la eficiencia de ese espléndido vehículo será trascendida cuando en el Período de Vulcano, su esencia, junto con las de los cuerpos vital y denso, se agreguen al mental, que se convertirá en la más elevada expresión de los vehículos humanos, conteniendo en sí mismo la quintaesencia de lo mejor que había en todos ellos.

del libro "El Cuerpo de Deseos", de Max Heindel

en vimeo, aquí
*

No hay comentarios:

Publicar un comentario