El Cuerpo de Deseos

El Cuerpo de Deseos
Prometeo Encadenado

sábado, 6 de marzo de 2010

Su relación con la Conciencia - en vime y en you tube -


Capítulo VII

SU RELACIÓN CON LA CONCIENCIA

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https://www.youtube.com/watch?v=u52sun4Zn0I&feature=youtu.be

Para comprender el grado de conciencia que resulta de la posesión de los vehículos empleados por la vida evolucionante en los cuatro reinos, dirijamos nuestra atención al Diagrama 4 del Concepto Rosacruz del Cosmos, que muestra que el hombre, el Ego o Pensador, ha descendido a la Región Química del Mundo Físico. En ella ha empezado a dirigir sus vehículos, consiguiendo así el estado de conciencia de vigilia y está aprendiendo

también a dominarlos. Ni los órganos del cuerpo de deseos, ni los de la mente, se han desarrollado todavía. El último no es aún ni siquiera un cuerpo.
Actualmente no es más que un eslabón, una envoltura para uso del Ego como punto focal. Es, por otra parte, el último de los vehículos que se han formado.
El Espíritu trabaja gradualmente de la substancia más sutil a la más densa, construyéndose también los vehículos primero en substancia sutil y después en substancia cada vez más densa. El cuerpo denso fue construido primeramente y ha llegado ahora a su cuarto grado de densidad; el cuerpo vital se encuentra en su tercer estado y el cuerpo de deseos en el segundo y, por lo tanto, es parecido a una nube, en tanto que la envoltura de la mente se encuentra en su primer grado, siendo aún más sutil. Como dichos vehículos no han desarrollado órganos aún, es evidente que ellos solos serían inútiles como vehículos de conciencia. Sin embargo, el Ego penetra dentro del cuerpo denso y conecta estos vehículos sin órganos con los centros físicos de los sentidos y así obtiene el estado de conciencia de vigilia en el Mundo físico.
El estudiante debe notar que debido a su conexión con el cuerpo denso, tan espléndidamente organizado, los vehículos superiores pueden ser de algún valor actualmente. De este modo, no cometerá el error tan frecuente en muchas personas, que en cuanto saben que existen cuerpos superiores, que creen independientes del cuerpo denso, hablan de éste como de una cosa "grosera" y "vil" y dirigen sus ojos al cielo y desean dejar prontamente esta existencia terrestre para volar en sus "vehículos superiores".
Por más extraña que pueda parecer nuestra afirmación, sin embargo es la verdad que la gran mayoría de la humanidad está parcialmente dormida casi todo el tiempo, a pesar de que sus cuerpos físicos parecen estar sumamente ocupados, trabajando activamente. Bajo condiciones ordinarias el cuerpo de deseos de la gran mayoría, es la parte más despierta, pues el complejo hombre vive casi completamente en sus emociones y sentimientos y apenas si piensa en el problema de la existencia, contentándose con lo que necesita para mantener la misma. La mayoría de estos seres probablemente nunca pensaron seriamente en los tres grandes problemas de la vida: ¿De dónde venimos?
¿Por qué estamos aquí? ¿A dónde vamos? Sus cuerpos vitales están trabajando en reparar los destrozos hechos por el cuerpo de deseos en el cuerpo físico y suministrando la vitalidad que será luego malgastada en la gratificación de sus deseos y emociones.
Es este combate intenso entre el cuerpo vital y de deseos que engendra la conciencia en el mundo Físico, los hombres y mujeres parecen entonces tan activos que desde el punto de vista del Mundo Físico, nuestra aseveración de que ellos están parcialmente dormidos, parece ser una mentira, sin embargo, examinando todos los hechos, debemos llegar a la conclusión que es así, pero podemos agregar que este estado de cosas está de acuerdo con los fines de las grandes Jerarquías que tienen en sus manos nuestra evolución.
El punto de asidero especial del cuerpo de deseos está en los músculos y en el sistema nervioso cerebro-espinal. La energía desplegada por una persona cuando actúa bajo una gran excitación y odio, es un buen ejemplo de ello. En tales ocasiones todo el sistema muscular está en tensión y ninguna labor, por dura que sea, es tan extenuante como un "acceso de ira". Éste puede, a veces, dejar al cuerpo extenuado durante semanas enteras. Puede pues verse, la imprescindible necesidad de mejorar el cuerpo denso gobernando el carácter, evitando así los sufrimientos que resultan de la acción desordenada del cuerpo de deseos.
Mirando el asunto desde el punto de vista oculto, toda conciencia del Mundo Físico es el resultado de la lucha constante entre los cuerpos de deseos y vital.
La tendencia del cuerpo vital es la de ablandar y construir.Su expresión principal se encuentra en la sangre y en las glándulas, así como en el sistema nervioso simpático, habiendo obtenido ingreso en la plaza fuerte del cuerpo de deseos (los sistemas muscular y nervioso voluntarios), cuando comenzó a convertir el corazón en músculo voluntario.
La tendencia del cuerpo de deseos es endureciente y, a su vez, ha invadido la región del cuerpo vital, tomando posesión del bazo y haciendo los corpúsculos blancos sanguíneos, que no son los "policías del sistema" como cree actualmente la ciencia, sino destructores de todo el cuerpo. Se sirve de la sangre para llevar esos minúsculos destructores por todo el organismo. Dichos corpúsculos se filtran por las paredes de las venas y arterias donde quiera que se sienta la menor molestia y especialmente en momentos de cólera. Entonces
el torbellino de las fuerzas del cuerpo de deseos permeabiliza las venas y arterias abriendo el camino a esos corpúsculos blancos a los tejidos del cuerpo, donde forman las bases para la agrupación de las materias terrosas que matan al mismo.
Durante el estado de vigilia hay una guerra constante entre el cuerpo vital y el denso. Los deseos y los impulsos del cuerpo de deseos golpean continuamente al cuerpo denso obligándole a la acción, sin miras al daño que le pueden ocasionar, siempre que sea satisfecho el deseo.
Es el cuerpo de deseos que incita al borracho a llenarse de alcohol, para que la combustión química de éste acelere las vibraciones del cuerpo denso a un diapasón que hará de él un instrumento dócil a todo impulso desenfrenado, gastando así la energía acumulada con loca prodigalidad.
El cuerpo de deseos es el vehículo de nuestras emociones, sentimientos y deseos. Este vehículo gasta las energías acumuladas en el cuerpo denso por los procesos vitales, gracias al control que ejerce sobre el sistema cerebro espinal o voluntario. Durante su actividad el cuerpo de deseos está destruyendo y rompiendo continuamente los tejidos formados por el cuerpo vital, es la lucha entre estos dos vehículos que produce lo que llamamos nuestra conciencia en el Mundo Físico. Las fuerzas etéricas del cuerpo vital obran de manera de convertir en sangre la mayor parte posible de los alimentos y la sangre es la más alta expresión del cuerpo vital.
El bazo es la puerta del cuerpo vital. Es allí donde la energía solar, que llena la atmósfera que nos rodea, entra en una corriente continua para ayudarnos en nuestros procesos vitales y allí también prosigue la disensión furiosa entre el cuerpo de deseos y el cuerpo vital.
Los pensamientos angustiosos, de temores y cólera se interfieren con el proceso de evaporación en el bazo y como resultado se forma una manchita de plasma. Esa manchita es asida enseguida por un pensamiento elemental que forma un núcleo para morar adentro y entonces comienza su vida de destrucción, pues el elemental se junta con elementos de desintegración y otros materiales groseros e inútiles, haciendo del cuerpo un osario en vez del templo de un Espíritu interno.
Esa destrucción efectuase constantemente y no es posible salvaguardarse de todos esos destructores, ni esa es tampoco la intención. Si el cuerpo vital tuviera para ello ininterrumpido poder, construiría y construiría, empleando todas las energías con ese propósito. No habría conciencia o pensamiento alguno. Debido a que el cuerpo de deseos obstruye y endurece las partes internas es por lo que se desarrolla la conciencia.
Como ya lo hemos aclarado, el cuerpo de deseos es una nube ovoide, casi sin organización y el cuerpo denso queda en medio como una mancha negra, rodeándolo como la clara del huevo envuelve la yema. Existen varios centros sensoriales en esa nube ovoide, que aparecieron después que comenzó el Período Terrestre. En la persona común dichos centros se ven meramente como remolinos en una corriente, están latentes, de ahí que el cuerpo de deseos no sirve como un vehículo separado de conciencia; pero cuando los centros sensoriales se despiertan parecen vórtices que giran.

del libro "El Cuerpo de Deseos", de Max Heindel

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