El Cuerpo de Deseos

El Cuerpo de Deseos
Prometeo Encadenado

sábado, 6 de marzo de 2010

No se puede confiar en el Cuerpo de Deseos - en vimeo y en you tube -


Capítulo XVIII

NO SE PUEDE CONFIAR EN EL CUERPO DE DESEOS

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https://www.youtube.com/watch?v=JKlFqBqsuo0&feature=youtu.be


¿Cómo podemos desarrollar nuestros poderes espirituales? ¿Cuál es el camino, la verdad y la vida? Las gloriosas enseñanzas de cristo nos han mostrado el triple sendero. En todo el mundo se obra sobre la humanidad por medio de la ley, pues la ley obra sobre el cuerpo de deseos y lo refrena. El pensador se yergue contra la carne, pero bajo la ley nadie se salva.

La Religión Cristiana aún no tuvo tiempo de realizar ese gran propósito (la Hermandad Universal). El hombre está todavía en las manos del dominador Espíritu de Raza y los ideales Cristianos son aún demasiado elevados para él.
El intelecto puede ver algunas de sus bellezas y está listo a admitir que deberíamos amar a nuestros enemigos, pero las pasiones del cuerpo de deseos son todavía demasiado fuertes. La ley del Espíritu de Raza es "Ojo por Ojo", y el sentimiento es: "Yo saldré con la mía". El corazón ruega por amor, pero el cuerpo de deseos quiere la venganza. El intelecto ve, como una cosa abstracta, la belleza del amor para con sus enemigos, pero en casos concretos se pone de parte de los sentimientos vengativos del cuerpo de deseos, alegando como excusa para "salir con la suya" que "el organismo social debe ser protegido".
Mientras que los pensamientos puros nos llevan lejos sobre el sendero del perfeccionamiento, las emociones y las ansias del cuerpo de deseos, no se subyugan tan fácilmente, pues este vehículo está mucho más endurecido que la mente. Mientras que la mente regenerada está lista a convenir que deberíamos amar a nuestros enemigos, el cuerpo de deseos (la naturaleza emocional y pasional) se empeña con cada fibra de su ser a salir con la suya ojo por ojo y diente por diente. Algunas veces después de años y años cuando ya pensamos que la serpiente adormecida está vencida y que por fin la hemos sometido y por lo tanto ahora nos dejará definitivamente en paz, entonces puede despertarse y levantarse súbitamente, destruyendo todas nuestras ilusiones y esperanzas, tomando el freno entre los dientes, saltando desenfrenadamente, jurando de vengarse de agravios reales o imaginarios. El autor piensa, que es ésta la espina en la carne, respecto a la cual San Pablo recibió la contestación: "Mi gracia es suficiente para ti". Es cierto que se
necesita la gracia para vencer, pero la eterna vigilancia es el precio de la seguridad y por lo tanto "velemos y oremos".
El cuerpo de deseos es el responsable por todos nuestros actos, buenos, malos o indiferentes y, por lo tanto, los filósofos orientales dan instrucciones a sus discípulos para que ellos maten el deseo y se abstengan de toda acción, buena o mala, en lo posible, para salvarse de la rueda de nacimientos y muertes. Pero ese temperamento del cuerpo de deseos, que es una amenaza grande cuando domina, dirigido de una manera adecuada puede ser muy efectivo para el servicio. No pensaríamos ni un momento en quitar al cuchillo sus propiedades, su "temperamento" pues de otro modo no podría cortar. El temperamento del cuerpo de deseos debe ser subyugado, pero de ningún modo matado, pues la fuerza dinámica del movimiento y de la acción del mundo invisible está almacenada en él y, a menos que lo conservemos intacto, no podemos tener la esperanza de ser capaces de dominarlo más que a un buque transatlántico, cuyas máquinas no funcionen, sería incapaz de luchar con las olas del océano.
Hay determinadas sociedades que tienen métodos de instrucción negativos y lo primero que enseñan a sus alumnos, es a aflojar la mandíbula y ponerse completamente pasivos. Una persona que lograra pasar del Mundo Físico al Mundo Espiritual, por tales métodos, se encontraría como una madera a la deriva en el océano, empujada de aquí para allá por las olas, juguete de todas las corrientes. Hay en los mundos internos, como los hay aquí, seres que son todo lo contrario de benévolos; que están siempre listos a aprovecharse de todos los que se atreven a entrar en su mundo, sin la debida preparación para protegerse contra ellos. Así vemos la suprema importancia de supeditar nuestros deseos a la voluntad del Espíritu aquí en este mundo, de forzar este cuerpo de deseos nuestro a obedecernos para que podamos ejercitarlo antes de hacer el intento de entrar en el mundo interno. En el mundo físico el cuerpo de deseos está muy frenado, debido al hecho de estar interpolado dentro del cuerpo denso y, por lo tanto, no puede llevarnos por todos lados en el mismo grado que lo puede hacer cuando ha sido liberado de su casa-prisión material.
Pero aún la subyugación del cuerpo de deseos, por más difícil que sea realizarla, no servirá para hacer al hombre consciente en los mundos invisibles, pues dicho cuerpo no ha evolucionado hasta el punto necesario para que pueda actuar como un verdadero instrumento de conciencia. Es informe y parecido a una nube en la gran mayoría de la humanidad y solamente unos cuantos vórtices están presentes como centros sensoriales o
de conciencia y no están aún suficientemente desarrollados para servir a su propósito sin alguna otra ayuda. Por lo tanto, es necesario trabajar sobre el cuerpo vital y prepararlo de tal manera que pueda ser empleado para vuelos anímicos. La parte del cuerpo vital formada por los dos éteres superiores, el éter luminoso y el éter reflector, es lo que podemos llamar cuerpo del alma; es decir, ese cuerpo anímico más estrechamente unido con el cuerpo de deseos y la mente y que responde más al contacto del Espíritu que los dos éteres inferiores.
Hay muchas personas que asocian la espiritualidad con un gran despliegue de emocionalismo, pero esa idea es sin fundamento. Al contrario, la especie de espiritualidad que se desarrolla y se asocia con la naturaleza emocional del cuerpo de deseos, es irresponsable al extremo; ésta es la variedad que se genera en las reuniones de los evangelistas, donde el emocionalismo se lleva a un alto diapasón, produciendo un gran fervor religioso entre las personas, pero que se disipa pronto, dejándolas exactamente como estaban antes, para el disgusto de los evangelistas y otras personas que se dedican a este trabajo.
¿Pero qué otra cosa pueden ellos esperar? Ellos pretenden salvar almas con tambores y pífanos, con cantos rítmicos y con llamadas hechas en una voz que se alza y baja armoniosamente; todo esto tiene un efecto tan poderoso sobre el cuerpo de deseos, como la tempestad que agita el mar hasta ponerlo furioso para luego calmarse.
Cuando los diarios se ponen a inculcar determinadas ideas en la opinión pública, ellos no piensan alcanzarlo con un solo artículo de fondo, no importa con qué fuerza sea escrito, pero los artículos que repiten de día en día la misma idea, crean de esta manera el sentimiento deseado en la opinión pública. La Biblia ha predicado el principio de amor durante dos mil años, domingo tras domingo, día tras día, desde centenares de miles de púlpitos. La guerra no ha sido suprimida, pero el sentimiento en favor de la paz universal se está haciendo más y más fuerte, a medida que pasa el tiempo. Esos sermones han tenido un efecto muy pobre con relación al mundo en general, no importa cuan poderosamente un determinado auditorio pueda haber sido conmovido momentáneamente, debido a que el cuerpo de deseos, es parte del complejo hombre impregnado y conmovido por la impresión.
El cuerpo de deseos es una adquisición posterior al cuerpo vital y, en consecuencia, no se cristalizó tanto y es más impresionable. Por ser de construcción más tenue que el cuerpo vital, es menos retentivo y las emociones que se generan tan fácilmente, se disipan con la misma facilidad.
A veces se dice que el hipnotismo puede ser empleado con fines benévolos para curar a borrachos y otros vicios y desde el punto de vista material, debemos admitir que esto parece cierto. Pero desde el punto de vista de la ciencia oculta no es así. Igual como todos los otros deseos, la sed de alcohol se localiza también en el cuerpo de deseos y es el deber del Ego de superarla por un esfuerzo de la voluntad. Para esto él está en la escuela de las experiencias, llamada vida y ningún otro ser puede crecer moralmente por él, igual que no puede digerir para él su comida. No se puede engañar a la naturaleza; cada uno debe resolver sus propios problemas y vencer sus defectos por su propia voluntad. Por eso si un hipnotizador sojuzga el cuerpo de deseos de un borracho, el Ego del borracho tendrá que aprender su lección en una vida futura, en caso de que muera antes del hipnotizador. Pero si es el hipnotizador que fallece primero, el hombre será nuevamente adicto a la bebida, porque entonces la fracción del cuerpo vital del hipnotizador que dominaba y refrenaba el mal deseo, regresa a su fuente y la curación queda en nada. La única posibilidad de vencer un vicio acabando con él, reside en la propia voluntad.
El cuerpo de deseos es la expresión pervertida del Ego. Convierte la "existencia independiente" del Espíritu en "egoísmo". La existencia independiente no busca su interés a expensas de otros, el egoísmo busca su beneficio sin tener a los demás en cuenta. La sede del Espíritu Humano está primeramente en la glándula pineal y en segundo lugar en el cerebro y en el sistema nervioso espinal, que gobiernan los músculos voluntarios.
El cuerpo de deseos que percibimos como nuestra naturaleza emocional, siempre busca algo nuevo. Este deseo de cambios es su característica, de cambios en el ambiente, de cambios en el humor y el amor a las emociones y a las sensaciones, se debe a las actividades del cuerpo de deseos, que es como el mar en una tormenta, lleno de olas grandes agitándose de aquí para allá al azar y sin motivo, cada una poderosa y destructora por estar sin freno y sin control del poder central ejecutivo.
La mente es indudablemente, el foco a través del cual el Espíritu trata de subyugar la personalidad inferior y guiarla de acuerdo a la capacidad adquirida durante su período de evolución. Pero actualmente en la mayoría, ésta es una capacidad tan poco definida, que no se puede contar con ella y, por lo tanto, la humanidad es llevada principalmente por los sentimientos y las emociones y de esta manera no responde mucho a la razón y al pensamiento.
Reconociendo el grande y maravilloso poder del cuerpo emocional y su sensibilidad al "ritmo", que se puede decir, es su nota clave, la teología progresista ha enfocado su atención y esfuerzos en este vehículo, dirigiendo sus llamados a él. Es esta parte de nuestra naturaleza que se place en las platicas sensacionales del pastor de zarzuela. Es este vehículo el que se mueve y gime bajo las declamaciones rítmicas del evangelista, vibrando con emoción, elevándose y aletargándose según la bien calculada medida de la voz del orador. Se establece entonces la unidad de diapasón, un estado de verdadera hipnosis donde el sujeto no puede refrenarse de ir a hacer penitencia, lo mismo que el agua no puede contenerse de correr por la pendiente de una montaña. Momentáneamente se da cuenta con todo fervor de la enormidad de sus pecados y está muy ansioso de comenzar una nueva vida.
Pero desgraciadamente la próxima ola de atracción de su naturaleza emocional se lleva todo lo que ha dicho el predicador, así como sus resoluciones y se encuentra exactamente en el mismo lugar donde estaba antes causando dolor y aflicción al evangelista.
Así todos los esfuerzos para elevar la humanidad obrando sobre el inestable cuerpo de deseos son y siempre serán fútiles. Por lo tanto las escuelas ocultas de todas las épocas lo han reconocido y han concentrado sus esfuerzos sobre el cuerpo vital, para cambiarlo por medio de su nota clave, que es la repetición.

del libro "El Cuerpo de Deseos", de Max Heindel

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