El Cuerpo de Deseos

El Cuerpo de Deseos
Prometeo Encadenado

sábado, 6 de marzo de 2010

Preparación para la Vida Superior - en vimeo y en you tube -


Capítulo XIX

PREPARACIÓN PARA LA VIDA SUPERIOR

en vimeo, aqui

en you tube, aqui
https://www.youtube.com/watch?v=AKyP10Yd3JQ&feature=youtu.be

La expresión "preparó la Tierra", significa que toda evolución en un planeta es acompañada por la evolución del planeta mismo. Si algún observador dotado de visión espiritual hubiera contemplado la evolución de la Tierra desde alguna estrella distante, hubiera notado un cambio gradual en el cuerpo de deseos de la Tierra.
Bajo la antigua dispensación, el cuerpo de deseos humano se perfeccionaba mediante la ley y este trabajo sigue efectuándose en la mayoría; de esta manera está preparándose la humanidad para la vida superior.
El Espíritu-Grupo, obra sobre los animales a través de su cuerpo de deseos, produciendo imágenes que dan al animal una sugestión y un sentimiento de lo que debe hacer. También, las imágenes alegóricas contenidas en los mitos, pusieron el fundamento en el hombre para su desarrollo actual y futuro.
Subconscientemente esos mitos obraban sobre él y lo llevaron a la etapa actual de su desarrollo. Sin esa preparación el hombre no hubiera podido cumplir con el trabajo que está realizando en nuestros días.
El Ego tiene varios instrumentos: un cuerpo denso, un cuerpo vital, un cuerpo de deseos y una mente y de la calidad y estado de los mismos depende la obra que pueda realizar para adquirir experiencia. Si los instrumentos son pobres y sin flexibilidad, habrá muy poco crecimiento espiritual y será una vida casi perdida, por lo menos en lo que concierne al Espíritu.
Si se presta estricta atención a la higiene y a la dieta, el cuerpo denso es el más principalmente afectado, pero al mismo tiempo se produce también un efecto sobre los cuerpos vital y de deseos, porque cuanto más puros y mejores materiales se empleen en la construcción del cuerpo denso, las partículas se encuentran envueltas en éter planetario y materia de deseos más pura y todos esos cuerpos se purifican y mejoran. Si la atención se dedica únicamente a la higiene y al alimento, los cuerpos vital y de deseos individuales podrán permanecer casi tan impuros como antes, pero sin embargo, se habrá hecho un poco más fácil ponerse en contacto con el bien, que si se hubieran empleado alimentos groseros.
No importa lo que la gente piensa o dice de nosotros, sus palabras no tienen ningún poder intrínseco para lastimarnos: es nuestra propia actitud mental respecto a sus expresiones que determina el efecto de sus palabras sobre nosotros para el bien o para el mal. San Pablo frente a las persecuciones y las calumnias dejó en testimonio: "Ninguna de esas cosas me conmueve" 
Todos los que esperan adelantar espiritualmente, deben cultivar un carácter ecuánime, equilibrado, pues sin esto el cuerpo de deseos se amotinará o bien se congelará, de acuerdo a la naturaleza de las emociones generadas por el trato con otras personas, según sean de preocupación, de cólera o de miedo.
Sabemos que el cuerpo denso es nuestro vehículo para accionar, que el cuerpo vital nos da el poder de actuar, que el cuerpo de deseos suministra el incentivo para la acción y que lamente fue dada como un freno para los impulsos.
Nos enteramos por el Concepto Rosacruz del Cosmos (pág. 78/80), que los pensamientos-formas se proyectan continuamente del interior y del exterior del cuerpo denso, sobre el cuerpo de deseos, con el fin de despertar el sentimiento que impele a la acción y que la razón debería gobernar la naturaleza inferior, dejando al yo superior libre de expresar sus divinas propensiones. Sabemos también que los pensamientos habituales tienen el poder de moldear hasta la materia física, pues la naturaleza del hombre sensual es plenamente visible en sus rasgos groseros y toscos, así como los de un hombre espiritual, son delicados y finos. La potencia del poder del pensamiento es aún mayor para moldear los tejidos más sutiles.
Hemos ya visto como los pensamientos de miedo y preocupación congelan el cuerpo de deseos de la persona que se entrega a estos hábitos y es también cierto que cultivando un estado de ánimo optimista bajo todas las circunstancias podemos afinar nuestros cuerpos de deseos a la nota-clave que queramos. Después de algún tiempo, esto se convertirá en una costumbre.
Hay que confesar lo difícil que es de mantener el cuerpo de deseos a lo largo de líneas definidas, pero puede lograrse y todos los que aspiran a adelantar espiritualmente, deberán intentarlo.
Hemos creado un aura sutil alrededor de nosotros, bajo la tutela de las diversas Jerarquías que reinan sobre los siete planetas: Saturno, Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter y Venus. El Universo o el gran mundo se llama en el lenguaje místico: la lira de siete cuerdas de Apolo. Nuestro organismo individual o microcosmos es una réplica o una imagen de Dios y es necesario que despertemos en nosotros el eco de esa música de las esferas. La mayoría hemos aprendido a responder demasiado a las vibraciones saturninas de tristeza, desaliento, miedo y preocupación, vibraciones que congelan nuestro cuerpo de deseos y sería de gran y duradero provecho para todos, si nos empeñáramos en cultivar vibraciones espirituales del Sol, impregnando nuestra vida con optimismo y luz. El obrar así disipará el desaliento y los temores saturninos e impedirá que entren en adelante tales pensamientos en nuestra aura.
Lo primero que necesitamos para adelantar, es acuanimidad. Todos los aspirantes deberían adoptar el mote de San Pablo: "Ninguna de esas cosas me conmueve".
Es una prueba del beneficio de la religión que ella hace feliz a la gente, pero la más grande felicidad es demasiado profunda para exteriorizarse. Ella compenetra todo nuestro ser de tal manera que es casi atemorizante y un comportamiento ruidoso no puede acompañar la verdadera felicidad, pues el ruido es un indicio de superficialidad. La voz alta, la risa grosera, la manera ruidosa, los tacones que suenan como martillos a cada paso, las puertas que se cierran con estrépito, los platos que chocan, son las señales de personas aún no regeneradas, pues ellas aman el ruido, tanto más mejor para ellas, pues esto excita su cuerpo de deseos. Para ellas la música sacra es anatema. Prefieren a todo otro divertimiento escuchar como braman los instrumentos de latón y el baile cuanto más salvaje más les gusta. No sucede o no debería suceder así con el aspirante a la vida superior.
Así como el alimento apropiado nutre al cuerpo, en el sentido material, así también al actividad del Espíritu en el cuerpo denso se manifiesta como rectitud y estimula el crecimiento del Alma Consciente. Así como las fuerzas solares circulan y obran en el cuerpo vital y lo nutren, de manera que pueda actuar en el cuerpo denso, así también la memoria de las acciones hechas en el cuerpo denso (los deseos, sentimientos y emociones del cuerpo de deseos y los pensamientos e ideas de la mente) producen el crecimiento del Alma Intelectual. De parecida manera los más elevados deseos y emociones del cuerpo de deseos forman el Alma Emocional.
El Alma Emocional, que es el extracto del cuerpo de deseos, aumenta la eficiencia del Espíritu Humano, que es la contraparte espiritual del cuerpo de deseos.
Habiendo sido desterrados del jardín del Edén, la Región Etérica, aprendieron a conocer el mundo material, a consecuencia de los repetidos abusos sexuales que fijaron su atención aquí, aumentando el uso del cuerpo de deseos, el que endureció al cuerpo denso y comenzó a necesitar alimento y bebida. De esta manera el ingenio del hombre quedó limitado en parte para la creación del cuerpo y su sustentación. El hambre y el frío fueron los látigos del mal, que despertaron el ingenio humano, obligándolo a pensar y a trabajar para proveer a sus necesidades. Y en esa forma va aprendiendo gradualmente la sabiduría; tiene que proveer para esas contingencias antes de que lleguen porque el hambre y el frío le han enseñado a velar por sí mismo, y de esta manera la sabiduría es sufrimiento cristalizado. Cuando consideramos serenamente nuestras tristezas pasadas y extraemos de ellas las lecciones que contienen, se tornan para nosotros en minas de sabiduría y en indicadoras de futuras alegrías, porque de ellas aprendemos a dirigir nuestras vidas con rectitud y a dejar de pecar, porque la ignorancia es pecado, el único pecado y el conocimiento aplicado es la salvación, la única salvación. Esto parecerá ser una afirmación gratuita, pero si tratamos de probarla por medio de la meditación, encontraremos que es absolutamente cierta y tan demostrable como que dos y dos son cuatro.
El cuerpo vital tiende a construir y formar el físico, mientras que nuestros deseos y emociones lo destruyen. Esa lucha entre el cuerpo vital y el cuerpo de deseos, es lo que produce la conciencia en el Mundo Físico y la que endurece los tejidos, de manera que el suave cuerpo del niño se va cristalizando gradualmente y arrugándose en la vejez, a la que sigue la muerte. La moralidad o inmoralidad de nuestros deseos y emociones actúa de manera similar sobre el cuerpo vital. Cuando los impulsos que nos guían están constituidos por la devoción a elevados ideales; cuando la naturaleza devocional ha tenido plena libertad de expresarse años y años con la mayor frecuencia posible y especialmente cuando todo esto se ha realizado mediante la práctica de los ejercicios científicos que se dan a los probacionistas de la Fraternidad Rosacruz, van disminuyéndose gradualmente los éteres químicos y vital, desvaneciéndose los apetitos animales y aumentando la calidad de los éteres luminoso y reflector que ocupan el lugar de aquellos. Como resultado de esto la salud de esas personas no es tan robusta como la de los demás que viven una vida inferior, que a su vez atrae a los éteres químicos y de vida, en proporción a la extensión de sus vicios, con exclusión parcial o total de los dos éteres superiores.
Cuando el hombre muere, se lleva consigo la mente, el cuerpo de deseos y el cuerpo vital, siendo este último el que contiene los cuadros de su pasada vida y durante los tres días y medio que siguen a la muerte, estos cuadros se graban en el cuerpo de deseos, para constituir así la base de la vida Purgatorial del ser humano y también la del Primer Cielo, donde se expurga el mal y se asimila el bien. La experiencia de la vida se olvida, de la misma manera que hemos olvidado el proceso de aprender a escribir, aunque conservamos la facultad o poder de hacerlo. Así ocurre con el extracto acumulado de todas las experiencias, tanto de las pasadas vidas terrestres, como las pasadas existencias en el Purgatorio y los varios cielos, cuyo extracto conserva el ser humano y constituye algo así como su capital en la próxima vida. Los sufrimientos que ha tenido que soportar, le hablan como la voz de la conciencia y el bien que haya hecho, le imparte un carácter más y más noble y altruista.
Así como las escenas del panorama de la vida que se desarrolla ante la vista del Ego, después de la muerte producen sufrimientos en el Purgatorio, sufrimientos que purifican el alma del deseo de repetir las ofensas que suscitan esas imágenes, así la sal con que se frotaban los animales sacrificados antes de ponerse sobre el altar ardiente del "Tabernáculo en el Desierto" y el fuego que los consumía, simbolizaban un doble sufrimiento ardiente parecido al que sentía el Ego en el Purgatorio. Confiando en el axioma Hermético "Como arriba, es abajo", ellos desarrollaron el método de retrospección, método que está en armonía con las leyes cósmicas de crecimiento anímico y capaz de cumplir día tras día lo que cumple la experiencia purgatorial sólo una vez en una vida, es decir, limpiar el alma por
el fuego del remordimiento.
En el Purgatorio el proceso de purificación se lleva a cabo por la fuerza centrífuga de repulsión que arranca y quebranta la substancia de deseos en la que se formó la imagen sobre su molde etérico, fuera del cuerpo de deseos. En esos momentos el Ego sufre exactamente lo que ha hecho sufrir a otros, en razón de una condición especial de las regiones inferiores del Mundo del Deseo, donde está el Purgatorio. Algunos videntes, que no son capaces de ponerse en contacto con las regiones superiores hablan del Mundo del Deseo, como de un mundo ilusorio y ellos tienen razón en lo que concierne a las regiones inferiores, pues allí, todas las cosas parecen invertidas como las vemos en un espejo. Esa peculiaridad no es inútil -nada lo es en el reino de Dios-; todas las cosas tienen un fin sabio. En esos lugares invertidos el alma extraviada se encuentra en la posición de su víctima y, por lo tanto, cuando se desarrolla sobre la pantalla de su vida pasada una escena donde ha injuriado a alguien, entonces el Ego no es un espectador que mira la reproducción de esta escena, sino que se convierte por el momento en la víctima injuriada y siente todo el dolor que sintió la misma, pues la fuerza centrífuga de repulsión empleada para arrancar la imagen del cuerpo de deseos del mal hecho, debe por lo menos, igualar el odio y la ira de la víctima que impregnó la imagen sobre le átomo-simiente, cuando tuvo lugar el acontecimiento.
Durante la retrospección el aspirante trata de imitar esas condiciones: se esfuerza en visualizar las escenas donde él obró mal e injurió a alguien y el remordimiento que se empeña en sentir, debe, por lo menos, igualar el resentimiento que sintió la persona injuriada. Entonces este ejercicio tiene el mismo efecto de borrar la grabación de la injuria como lo hace la fuerza centrífuga de repulsión que cumple con la extirpación del mal en el Purgatorio, a fin de extraer así la cualidad del alma que conocemos como conciencia y que actúa como un freno en la hora de la tentación. Empleada de esa manera, la emoción del remordimiento limpia y purifica el cuerpo de deseos de las taras y de las cizañas, dejando el suelo libre para promover el crecimiento de las múltiples virtudes que dan las flores del adelanto espiritual y traen mayores oportunidades para el servicio en la viña del Señor.
Pero así como la fuerza latente en la pólvora y otros explosivos pueden emplearse para trabajar en pro de los más grandes objetivos de la humanidad, como para cometer los actos más salvajes y bárbaros, así también se puede abusar de las emociones de remordimiento de tal manera, que se convierten en un peligro y obstáculo para el Ego, en vez de ser una ayuda. Cuando nos entregamos al remordimiento por horas y por días, estamos malgastando una gran fuerza que podría emplearse en los más nobles fines de la vida, pues los arrepentimientos continuos, afectan al cuerpo de deseos de la misma manera que los baños excesivos afectan al cuerpo físico.
"Como arriba, es abajo y como abajo, es arriba", dice el aforismo Hermético, anunciando así la gran Ley de Analogía, que es la clave principal de todos los misterios. Cuando empleamos la fuerza centrífuga del remordimiento para extirpar las malas obras de nuestro corazón, durante el ejercicio vespertino de retrospección, entonces el efecto es similar a la acción del agua que elimina el éter emponzoñado y miasmático del nuestro cuerpo vital durante el baño, dejando así el lugar al flujo de éter puro, dador de salud.
Después de haber quemado nuestras malas obras en el fuego del remordimiento, las substancias emponzoñadas, así extirpadas, dejan lugar al flujo de la materia de deseos que es moralmente más sana y que es un suelo más fértil para actos nobles. Más intensamente nos purga el remordimiento, más grande es el vacío que se produce y mejor es la calidad del nuevo material que atraemos a nuestros vehículos sutiles.
Pero, si por otro lado nos entregamos al arrepentimiento y al remordimiento días enteros, como lo hacen algunos, hacemos más que en el Purgatorio, pues si bien el tiempo allá se pasa en extirpar el mal, la conciencia se desprende de cada imagen, cuando ésta ha sido arrancada por la fuerza de repulsión. Aquí, en este mundo, en razón del entretejimiento firme del cuerpo de deseos con el vital, estamos en condiciones de refrescar una imagen en nuestra memoria, todas las veces que lo queramos. El cuerpo de deseos se va disolviendo en el Purgatorio por la expurgación del panorama de la vida, mientras que vivimos en el Mundo Físico una pequeña cantidad se le agrega, para reemplazar lo que fue expulsado por el remordimiento. Por lo tanto remordimiento y arrepentimiento, si se practican continuamente, tienen el mismo efecto sobre el cuerpo de deseos, que los baños excesivos sobre el cuerpo vital. Estos dos vehículos se agotan por un aseo excesivo y, por lo tanto, es tan peligroso para la salud moral y espiritual de entregarse sin discriminación al
arrepentimiento y remordimiento, como es fatal para el bienestar físico de bañarse demasiado. Se debe obrar con discriminación en ambos casos.
Así como el vampiro chupa el éter del cuerpo vital de su víctima y se alimenta de él, así los pensamientos perpetuos de pesar y remordimientos respecto a ciertas cosas, se convierten en un elemental que obra como un vampiro y extrae hasta la vida de la pobre víctima que lo formó y por la atracción de los recíprocos, es la causa que dichos pensamientos mórbidos, permanezcan y se conviertan definitivamente en costumbre.
Si, por la creación continua, obtenemos el perdón u olvido de las injurias que hayamos hecho a otros y si tratamos de hacer toda la restitución posible, purificamos nuestros cuerpos vitales olvidando y perdonando a aquellos que han obrado mal con nosotros, eliminamos así todos los malos sentimientos y nos salvamos de los sufrimientos post-mortem, además de preparar el camino para la Fraternidad Universal, que depende muy especialmente de la victoria del cuerpo vital sobre el cuerpo de deseos. El cuerpo de deseos imprime, en forma de memoria, sobre el cuerpo vital la idea de la venganza. Un temperamento ecuánime en medio de las incomodidades y molestias de la vida, indica que se ha obtenido esa victoria y, por consiguiente, el aspirante debe cultivar el gobierno de sí, puesto que tiene un efecto sobre ambos cuerpos. La Oración del Señor (el Padrenuestro), comprende esto también, porque cuando vemos que estamos injuriando a otros, miramos en torno nuestro y tratamos de encontrar la causa. Perder el dominio de sí, es una de las causas, lo que es originado por el cuerpo de deseos.
La mayoría de los hombres dejan la vida física con el mismo temperamento con que vinieron a ella, pero el aspirante debe conquistar sistemáticamente todos los arrebatos del cuerpo de deseos y asumir su propio dominio. Esto puede efectuarse por la concentración sobre elevados ideales, lo que vigoriza al cuerpo vital y es mucho más eficaz que las oraciones de la Iglesia. El ocultista científico emplea la concentración con preferencia a la oración, porque la primera se realiza con ayuda de la mente, que es fría e insensible, mientras que la oración es dictada generalmente por la emoción. Cuando es dictada por una devoción pura e impersonal hacia elevados ideales, la oración es muy superior a la fría concentración. Nunca podrá ser fría, porque vuela sobre las alas del Amor, la emanación del místico hacia la Deidad.
La oración para el cuerpo de deseos es: "No nos dejes caer en la tentación". El deseo es el gran tentador de la humanidad. Es el gran incentivo para toda acción y mientras ésta cumple los propósitos del Espíritu es buena; pero cuando el deseo es para algo degradante, para algo que rebaja la Naturaleza, debemos ciertamente, rogar para no caer en la tentación.
"No nos dejes caer en a tentación" es la oración para el cuerpo de deseos, que es el depósito de la energía y provee el incentivo para la acción a través del deseo. Una máxima oriental dice: "Mata el deseo" y los orientales dan un buen ejemplo de la indolencia que resulta de sus esfuerzos en hacerlo. "Mate su temperamento" es la tonta exhortación hecha a veces a los que pierden el dominio de sí. El deseo o el temperamento es una posesión valiosa, demasiado valiosa para ser mutilada o matada: el hombre sin deseo es como el acero carente de temple, que no vale nada. En el Apocalipsis, mientras alaban a las seis iglesias, a la séptima se anatemiza por ser "ni fría, ni caliente", una comunidad insípida. "Más grande el pecador, más grande el santo", es un proverbio cierto, pues se necesita energía para ser malo y cuando esa energía es empleada correctamente, es tanto un poder para lo bueno como antes lo fue para lo malo.
Un hombre puede ser bueno debido a que no tiene suficiente energía para otracosa, entonces él es tan bueno, que no es bueno para nada, como los Nicolaitanes. Mientras estamos débiles, nuestra naturaleza pasional nos domina y puede dejarnos caer en la tentación, pero a medida que aprendemos a gobernar nuestra naturaleza pasional o nuestro temperamento, entonces puede ser guiada en armonía con las leyes de Dios y del hombre.
El aspecto inferior del Espíritu, el Espíritu Humano, ofrece entonces su petición al aspecto inferior de la Deidad, para el más elevado de los tres cuerpos, el de deseos: "No nos dejes caer en la tentación". Cuando al ocurrir la muerte el hombre se encuentra en el Mundo del Deseo, habiéndose ya gastado las fuerzas magnéticas del átomo-simiente, el arquetipo se disuelve y, por lo tanto, la fuerza de Repulsión empuja la materia de deseos del cuerpo de  deseos al exterior, hacia la periferia. La materia que pertenece a las regiones inferiores, es arrojada primeramente por el proceso de purgación, que purifica al hombre de todas las malas obras de su vida pasada. Esto es el resultado de la misma ley natural, que obrando en el Mundo Físico, hace que el Sol arroje de sí la materia, materia que se convierte en planetas. Interferir en esta ley sería desastroso para todo ser humano, aún suponiendo que fuera posible hacerlo, aunque no lo es. Por lo tanto es inútil empeñarse en ayudar a alguien
de esa manera.
Es diferente para el Iniciado que durante su vida penetra en el Mundo del Deseo. Entonces el átomo-simiente del cuerpo de deseos forma un centro natural de atracción o de gravitación, que mantiene a la materia de deseos en ese vehículo a lo largo de las líneas habituales. También es diferente para la persona que efectúa los ejercicios científicos que se dan en las Escuelas de Misterios, pues aquella está purgando constantemente su cuerpo de deseos de la materia grosera, así que al morir, no será afectada en el mismo grado por la fuerza centrífuga de repulsión, como los que no se ejercitaron.
Pero hay otra manera para ayudar al ser querido, a condición de que obtengamos su cooperación. Para hacerlo comprensible debemos mencionar primeramente que más grosera es la substancia de deseos en el cuerpo de deseos, más tenazmente ella se aferra al hombre, por lo tanto la expurgación por la fuerza de Repulsión causa un gran dolor y es esto lo que sentimos en la existencia purgatorial. Si nosotros estuviéramos dispuestos a dejarlo todo y reconocer nuestros errores cuando las imágenes de aquellos aparecen en el
panorama de la vida en vez de procurar encontrar excusas para disculparnos y si no nos dejáramos llevar por la misma cólera y el mismo odio del pasado, entonces el dolor por la extirpación del mal no sería tan fuerte. Si este hecho pudiera ser comprendido por aquel a quien queremos ayudar y si pudiéramos conseguir que esté dispuesto a reconocer sus errores y malas obras de todo corazón, entonces el proceso de purgación sería más corto y menos doloroso y podría ascender mucho más rápidamente a las regiones superiores donde domina la fuerza de Atracción.
El mismo resultado puede obtenerse por la oración; también por pensamientos buenos y elevados para ayudar, pues esos tienen el mismo efecto sobre los que pasaron al más allá, que las buenas palabras y los actos de ayuda tienen sobre la gente que vive en este mundo.
La devoción por elevados ideales subyuga los instintos animales, generando y desarrollando el alma emocional. El cultivo de la facultad de devoción es esencial. Para algunas personas ésta es la línea de menor resistencia, así que son aptas para convertirse en místicos soñadores. Las energías del cuerpo de deseos se expresan entonces como entusiasmo y éxtasis religiosos. Hay otros que desarrollan anormalmente la facultad del discernimiento, lo que los conduce a lo largo de líneas friamente intelectuales o a la especulación metafísica. En ambos casos hay desequilibrio, es peligroso. El místico soñador, por estar dominado por la emoción, puede ser juguete de toda suerte de ilusiones. Al ocultista intelectual nunca podrá pasarle eso pero muchos terminan en la magia negra, si persiguen el sendero del conocimiento por el conocimeinto y no para poder servir. El único medio seguro es desarrollar a la vez la cabeza y el corazón.
Desde los tiempos antiguos (época de Hiram Abiff), los Ángeles lunares se hicieron cargo p r i n c i p a l m e n t e del húmedo cuerpo vital acuático compuesto de los cuatro éteres, que cuidaba de la propagación y de la alimentación de las especies, mientras que los Espíritus Luciferes eran muy activos en el seco e ígneo vehículo denominado cuerpo de deseos. La función del cuerpo vital consiste en construir y sostener el cuerpo denso, mientras que la función del cuerpo de deseos envuelve la destrucción de los tejidos. Por lo tanto, hay una guerra constante entre el cuerpo de deseos y el vital y es esta guerra en el cielo, que produce nuestra conciencia sobre la Tierra. A través de muchas vidas hemos trabajado en cada época y en todos los climas y de cada vida hemos extraído una determinada cantidad de experiencia, depositada y guardada como fuerza vibratoria en los átomos-simientes de nuestros diferentes vehículos.
Así, cada uno de nosotros es un constructor, que edifica el templo del Espíritu inmortal sin el ruido del martillo; cada uno es un Hiram Abiff que junta el material para el crecimiento anímico y lo echa en el horno de sus experiencias terrestres para que obren sobre aquellas el fuego y la pasión del deseo. Este material se derrite lenta pero seguramente; la escoria se purga durante cada existencia purgatorial y la quintaesencia del crecimiento anímico se extrae a través de muchas vidas. De esta manera todos nosotros estamos preparándonos para la iniciación, lo sepamos o no, estamos aprendiendo a mezclar las pasiones ígneas con emociones más suaves y apacibles. El nuevo martillo o gabela con la que el maestro constructor domina a sus subordinados, es ahora una cruz de sufrimientos y la nueva palabra de pase es el dominio de sí mismo.
La naturaleza pasional (de deseos) ha evolucionado desde entonces; los subestractos ígneos y marciales de la pasión y la base lunar acuática de emoción, son ahora capaces de hacer numerosas combinaciones. Así como los pensamientos surcan el cerebro en espirales y la cara en contornos, así también las pasiones de deseos y emociones han ordenado la móvil materia de deseos en líneas curvas y torbellinos, remolinos, corrientes, parecidos a un torrente de montaña cuando éste se encuentra en su período más agitado y es muy raro que esté comparativamente tranquila. Esta materia de deseos se ha puesto sensible en los períodos sucesivos de su evolución a las vibraciones de los siete planetas -uno tras otro-, vibraciones que emanan del Sol, de Venus, de Mercurio, de la Luna, de Saturno, de Júpiter y de Marte. Cada cuerpo de deseos individual entre tanto ha sido tejido formando un modelo y dibujo único y como la lanzadera del destino va y viene sin tregua sobre la tela, éste dibujo se ensancha, se embellece, se perfecciona aunque nosotros no podamos verlo. Así como el tejedor siempre trabaja sobre el lado invertido de su tapicería, así también nosotros estamos siempre tejiendo sin conocer cuál será el modelo definitivo y sin ver su belleza, porque el mismo está del otro lado,
del lado oculto de la Naturaleza.
Todo cuanto sucede en el Mundo Físico, se refleja en todas las regiones de la Naturaleza y, como hemos visto, crea una forma apropiada en el Mundo del Deseo. Cuando se hace un relato exacto de un suceso, se produce otra forma, exactamente igual a la primera. Entonces, una atrae a la otra, se juntan y se fortifican mutuamente. Sin embargo, si se da una versión distinta o falsa, se produce una forma diferente, antagónica de la primera o verdadera. Como se relacionan con el mismo suceso, se unen, pero como sus vibraciones son diferentes, obran la una sobre la otra con mutuo impulso destructivo. Por lo tanto, el mal y las mentiras maliciosas pueden destruir lo que es bueno, si son aquellas bastante fuertes y repetidas a menudo. Pero recíprocamente tratando de buscar en el mal, el bien, con el tiempo lo malo se transmutará en bueno. Si la forma que se construye para disminuir el mal es débil, no tendrá efecto alguno y será destruida por la forma maligna, pero si es fuerte y se repite frecuentemente su acción destruirá el mal y lo substituirá por el bien. Este
resultado, comprendámoslo, no se produce mintiendo o negando el mal, sino buscando el bien. El ocultista científico practica rígidamente el principio de buscar el bien en todas las cosas, porque sabe la fuerza que este principio tiene para anular el mal.
Conforme un hombre progresa en la escuela de la vida, sus experiencias le enseñan y sus anhelos se hacen más puros y mejores; de esta manera, por grados sucesivos, su cuerpo de deseos va cambiando paralelamente. La materia pura y brillante de las regiones superiores del Mundo del Deseo reemplazan los colores sombríos de la parte inferior. El cuerpo de deseos aumenta además en tamaño, de tal modo, que el de un santo es un objeto glorioso, siendo su transparencia luminosa y pureza de colores incomparables e imposibles de describir.
Cuando por la vibración creciente del cuerpo pituitario las líneas de fuerza han quedado suficientemente desviadas como para alcanzar la glándula pineal, entonces se ha realizado el objeto perseguido, estableciéndose un puente entre ambos órganos. Ese es el puente entre el Mundo de los Sentidos y el Mundo del Deseo. Desde entonces queda construido, el hombre se hace clarividente y puede dirigir su mirada a voluntad donde quiere. Los objetos
sólidos pueden verse a la vez por dentro y por fuera. Para él, el espacio y la densidad como obstáculos para la observación, han cesado de existir.
La filosofía de la adquisición de la visión y percepción espiritual es obligar al cuerpo de deseos a realizar el mismo trabajo dentro del cuerpo denso, mientras éste está completamente despierto, positivo y consciente, que cuando aquél está fuera durante el sueño o en el estado post-mortem.
Hay ciertas corrientes en el cuerpo de deseos de todos. Son fuertes, bien definidas y forman siete grandes vórtices en los clarividentes, pero son débiles, discontinuas y sin vórtices en el hombre ordinario que no puede "ver". El desarrollo de esas corrientes y de los vórtices conduce a la visión espiritual. Durante el día, mientras estamos embarcados en nuestros asuntos materiales esas corrientes permanecen adormecidas; pero tan pronto como el hombre sale del cuerpo denso durante el sueño, forman los vórtices y fulguran, porque el cuerpo de deseos está en su elemento nativo, libre del peso obstaculizador del cuerpo físico, material.
Cuando el aspirante haya alcanzado ese estado de abstracción, entonces los centros sensoriales del cuerpo de deseos comienzan a girar lentamente dentro del cuerpo denso y se hacen un lugar a sí mismos. Al transcurrir el tiempo, el movimiento se define más y más y se necesitan siempre menos esfuerzos para ponerlos en movimiento.
Recordemos que los Hierofantes de los antiguos Templos de los Misterios aislaban a ciertos grupos en castas y tribus, tales como las Brahmanes y los Levitas, con objeto de proveer los cuerpos necesarios para los Egos que estaban prontos para la Iniciación. Esto se efectuaba de tal manera que el cuerpo vital se separaba en dos partes, como lo era el cuerpo de deseos de toda la humanidad al comenzar el Período Terrestre. Cuando el Hierofante sacaba a sus discípulos de sus cuerpos, dejaban una parte del cuerpo vital, que
comprendía el primer y segundo éteres, para que realizara las funciones puramente animales (las únicas que son activas durante el sueño) y el discípulo llevaba consigo un vehículo capaz de percepción, debido a su conexión con los centros sensoriales del cuerpo denso y también capaz de memoria. Poseía estas capacidades porque estaba compuesto del tercer y cuarto éteres, que son los elementos de la percepción sensorial y del recuerdo.
Desde que Cristo vino y "lavó los pecados del Mundo" (no del individuo), purificando el cuerpo de deseos de nuestro planeta, la conexión entre todos los cuerpos humanos densos y vitales, se ha aflojado en tal proporción que por el ejercitamiento son capaces de separarse en la forma más arriba descrita.
Por lo tanto, la iniciación está abierta para todos.
La parte más sutil del cuerpo de deseos, que constituye el Alma Emocional, es capaz de separación en la mayoría de los hombres (y en realidad poseía esa capacidad aún antes de que Cristo viniera) y en esa forma por medio de la concentración y del empleo de la fórmula apropiada, las partes sutiles de los vehículos se separan para ser empleadas durante el sueño o en cualquier otra oportunidad, dejando las partes inferiores, de los cuerpos vital y de deseos, para que efectúen el proceso restaurativo en el vehículo denso, la parte meramente animal.
Esa parte del cuerpo vital que sale, está altamente, organizada, como hemos visto. Es la exacta contraparte del cuerpo denso. El cuerpo de deseos y la mente no estando organizados, son útiles únicamente porque están conectados con el cuerpo denso altamente constituido. Separados de él son muy pobres instrumentos y, por lo tanto, antes de que el hombre pueda separarse del cuerpo denso es necesario despertar los centros sensoriales del cuerpo de deseos.
El aspirante a la vida superior cultiva la facultad de absorberse a voluntad en cualquier asunto que elija, o más bien no en un asunto general, sino en un simple objeto que él mismo imagina. De esta manera, cuando la condición o estado apropiado de absorción se obtiene, cuando los sentidos están completamente cerrados, se concentra el pensamiento sobre los diferentes centros sensoriales del cuerpo de deseos y, entonces, estos comienzan a girar.
Al principio su movimiento es lento y trabajoso, pero gradualmente los centros sensoriales del cuerpo de deseos se harán lugar dentro de los cuerpos denso y vital y aprenderán entonces a acomodarse por sí mismos a esa nueva actividad. Entonces, un buen día, cuando la vida apropiada haya desarrollado la requerida inadherencia entre las partes superior e inferior del cuerpo vital, se produce un supremo esfuerzo de la voluntad; un movimiento en espiral tiene lugar en muchas direcciones y el aspirante se encuentra fuera de su cuerpo denso. Lo mira como si mirara a otra persona. La puerta de su casa prisión se ha abierto. Ahora puede ir y venir libremente lo mismo en los mundos internos que en el Mundo Físico, funcionando a voluntad en el uno o en los otros, para ayudar a todos los que lo necesiten en cualquiera de esos mundos.
Antes de que el aspirante aprenda a dejar voluntariamente el cuerpo, puede ser que haya trabajado el cuerpo de deseos durante el sueño, porque en algunas personas el cuerpo de deseos queda organizado aún antes de que pueda producirse la separación citada en el cuerpo vital. Bajo esas circunstancias es imposible traer las experiencias subjetivas a la conciencia de vigilia, pero generalmente, en tales casos se notará, como primer signo de ese desarrollo, que todos los sueños confusos cesan. Entonces, después de cierto intervalo, los sueños se irán haciendo más vívidos y perfectamente lógicos. El aspirante soñará, entonces, el estar en lugares con gente (conocida o no de él, esto importa poco), en los que se habrá conducido en forma razonable como si estuviera despierto. Si el lugar con el que ha soñado, le es accesible en las horas de vigilia, podrá comprobar fácilmente la realidad de su sueño si toma nota de algún detalle físico de la escena pudiendo verificarlo al día siguiente.
Después verá que puede, durante el sueño, visitar cualquier lugar que desee sobre la superficie de la Tierra y estudiarlo mucho mejor que si hubiera ido a él con su cuerpo denso, porque en su cuerpo de deseos puede ir a cualquier parte, no sirviendo para nada ni las cerraduras, ni las rejas. Si persiste en sus esfuerzos, llegará un tiempo en el que ya no necesitará esperar al sueño para disolver la conexión entre sus vehículos, sino que podrá separarse de ellos conscientemente.
Una etapa del desarrollo espiritual del Místico Cristiano comprende la reversión de la fuerza creadora de su curso ordinario hacia abajo, donde se derrocha en la generación gratificando las pasiones, haciéndolas ascender hacia arriba a través de la triple médula espinal, cuyos tres segmentos son regidos por la Luna, Marte y Mercurio respectivamente y donde entonces los rayos de Neptuno encienden el Fuego espinal del Espíritu regenerado. Este ascenso pone el cuerpo pituitario y la glándula pineal en vibración abriendo así la visión espiritual; al golpear esta fuerza, el seno frontal, la corona de espinas, empieza a palpitar por el dolor que siente, al quemar el Fuego del Espíritu Sagrado, el lazo con el cuerpo físico y este centro se despierta de su larguísimo (de varias edades ) sueño a una vida que late y palpita y que pasa rápidamente a otros centros en la estrella estigmática de cinco puntas. Ellos también se vitalizan y todo el vehículo empieza a brillar con un esplendor dorado. Entonces, con un tirón final se libera el gran vórtice del cuerpo de deseos en el hígado y la energía marcial contenida en este vehículo, propale hacia arriba el vehículo sideral (así llamado por encontrarse los estigmas de la cabeza, de las manos y de los pies, en la misma posición relativa uno al otro que las puntas de la estrella de cinco puntas), mientras que el Cristiano crucificado profiere en un grito triunfante: "Consummatum est" (se ha consumado) y se eleva a las esferas más sutiles en busca de Jesús cuya vida ha imitado con tanto éxito, que en adelante quedará inseparable de él.

del libro "El Cuerpo de Deseos", de Max Heindel

en vimeo, aqui

en you tube, aqui
https://www.youtube.com/watch?v=AKyP10Yd3JQ&feature=youtu.be

*

No hay comentarios:

Publicar un comentario